Hacia una definición de “obra latinoamericana”: una nueva herramienta para la integración audiovisual en la región

La CAACI ha dado un paso fundamental en su objetivo de “contribuir a la creación de un mercado común dentro del espacio audiovisual iberoamericano” al haber alcanzado por unanimidad una definición de “obra latinoamericana” que permite “encarar los desafíos que lo digital nos está planteando permanentemente a las industrias creativas y culturales, conforme a los principios de integración, cooperación y complementación regional”.

Así lo expresó el Secretario Ejecutivo de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica, Jaime Tenorio, en una conferencia celebrada durante el el reciente mercado latinoamericano Ventana Sur en la que también participó la Secretaria General de la EFAD (European Film Agency Directors Association), Julie-Jeanne Régnault.

“El 10 de agosto de 2021, en el marco de la Reunión Extraordinaria de la CAACI, se aprobó la primera recomendación no vinculante en la que se crea el concepto de obra latinoamericana y se requiere a los Estados miembros su incorporación en sus normativas y mecanismos de fomento, entre otras herramientas”, explicó Tenorio.

“Es un avance muy importante porque llevamos 32 años soñando con un mercado común para nuestro cine y audiovisual, así como desarrollando una serie de reformas normativas para adaptarnos a los cambios tecnológicos y las nuevas formas de creación, circulación y exhibición de nuestra cultura, de ahí que tener claro el concepto de obra latinoamericana sea un paso fundamental”.

La definición de obra latinoamericana es clara y sencilla: “Toda obra cinematográfica o audiovisual que sea considerada nacional por un Estado de América Latina miembro de la CAACI”. Y contiene una precisión de soberanía: “Cada Estado miembro puede determinar el alcance de la definición de acuerdo con su normativa interna”.

“No establece nuevas condiciones de nacionalidad”, precisó el Secretario Ejecutivo de la Conferencia. “Es un mecanismo de cooperación e integración para el posicionamiento de la producción audiovisual latinoamericana a escala internacional que nos va a permitir establecer nuevas estrategias para la exhibición en medios tradicionales y digitales”.

Julie-Jeanne Régnault, Secretaria General de la EFAD (European Film Agency Directors Association).

“Como sabemos, la cadena de valor dentro del ecosistema audiovisual ha cambiado y los tiempos en las ventanas de exhibición se han reducido. Es más, hoy algunas películas no se estrenan en salas sino que saltan directamente a las plataformas OTT tipo Netflix o Amazon Prime Video que operan en más de un país de la región”.

Por eso, explicó Tenorio, “en la CAACI, que quiere ser también un espacio de reflexión y pensamiento, se planteó un modelo de integración entre países para que, sin importar la procedencia de las obras, puedan formar parte de las cuotas de contenido o beneficiarse de los incentivos que los Estados están creando para fomentar la circulación de películas y series propias en los nuevos sistemas de transmisión audiovisual por internet”.

“Queremos vernos mucho más”, dijo, “pues a pesar de los avances normativos logrados en todos estos años, la gran dificultad del audiovisual latinoamericano, su estrecho cuello de botella, sigue siendo la distribución, exhibición y circulación”.

Jaime Tenorio hizo un recuento del recorrido seguido por la CAACI desde que en 1989 puso los pilares de su función normativa con tres herramientas para la integración audiovisual de la región: el Acuerdo Iberoamericano de Coproducción, el Convenio de Integración Cinematográfica Iberoamericana y el Acuerdo para la Creación de un Mercado Común.

“Un hito muy importante fue la Declaración Conjunta que hicimos con la EFAD en San Sebastián 2017 en la que expresamos la necesidad de preservar la diversidad cultural de nuestras naciones y de promover la presencia, disponibilidad y visibilidad de contenidos audiovisuales diversos e independientes en los nuevos modelos de distribución digital”.

“El derecho del público espectador a que la comunicación audiovisual sea inclusiva de la diversidad cultural y lingüística de su nación debe ser preservado y favorecido”, finalizó el Secretario Ejecutivo de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales en la que participan 23 Estados de la comunidad iberoamericana, incluido Italia como país invitado.

Un corredor siempre abierto

Por su parte, la Secretaria General de la EFAD, Julie-Jeanne Régnault, destacó que el gran beneficio de haber alcanzado una definición consensuada de obra latinoamericana “es que permite diseñar normas y estrategias sencillas para mantener un corredor siempre abierto y despejado en la industria que facilite la expresión de diversas voces, culturas, miradas, lenguas, naciones y colectivos que están infrarrepresentados en el audiovisual mundial”.

En Europa, explicó Régnault, la entrada en vigor de la Unión Europea en 1993 “permitió que la producción audiovisual entrase dentro del interés general por preservar el trabajo europeo en todos los ámbitos, incluido el cultural, y dentro también de la necesidad de establecer un mercado común para que pudiese circular todo aquello que producimos”.

“Tenemos este espacio marco que es la Unión Europea. Bien, ¿ahora qué hacemos? ¿Cómo logramos que lo que se produce en España se pueda ver en Francia, o lo francés circule en Alemania, y viceversa?”

En ese entonces los esfuerzos estaban orientados, además de las salas de cine, a la emisión de películas y series a través de la TV. Internet no era casi omnipresente como hoy y, por supuesto, no existían las plataformas. “Así que la norma fue fácil y clara: al menos el 50% de lo que se difundía en TV debía ser obra producida en Europa. Lo cual nos llevó a una definición de obra europea que caía por sí sola: aquella que ha sido producida por uno o más países de la Unión Europea. Y si se trata de una producción internacional, donde los países de la UE son mayoritarios”.

Actualmente, con las plataformas, “la cuota se ha ajustado a al menos un 30%”, precisó la Secretaria General de la EFAD. “Y no nos vale que tengan lo europeo sumergido por ahí, en el fondo del armario. La norma es clara en su intención de promover la obra europea, para lo cual nuestras películas, series, obras de animación, etcétera, deben aparecer en un lugar destacado”.

“Ya la dije”, bromeó Régnault. “La palabra cuota hay que decirla sin vergüenza, como lo hacen en Corea, en Australia, en muchos países, porque lo digital supone un desafío para todos, no sólo para América Latina. Pero también ofrece la oportunidad de llegar a sitios y comunidades donde hasta hoy ha circulado poco y mal la obra de nuestros países, o dentro de un mismo país —España, por ejemplo— la obra de sus minorías lingüísticas”.

Jaime Tenorio, Secretario Ejecutivo de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica.

“Aprovechemos esa oportunidad ayudando a que esas comunidades no sólo puedan ver y aprender de lo que hacen sus vecinos, sino también que participen y estén representadas en la producción audiovisual de su país. Que nos veamos más, como tú decías, Jaime. Que dejemos de ser invisibles entre nosotros”.

“En eso estamos comprometidos en la CAACI”, le agradeció Tenorio en su intervención final. “Reflexionando para proponer una reforma de los instrumentos normativos de la Conferencia que promueva de manera más eficaz la equidad de género y la inclusión de comunidades indígenas, afroamericanas y de minorías como el colectivo LGBTIQ+ que durante muchos años no han tenido acceso a la producción audiovisual”.

En este enlace se puede leer completa la Resolución que fomenta la integración del espacio audiovisual iberoamericano a través de la creación del concepto de obra latinoamericana aprobada por la CAACI en su Reunión Extraordinaria de agosto de 2021.